Siempre enfrentarse
a la muerte es algo muy difícil y en la mayoría de las veces es muy triste, en
otras ocasiones es un alivio cuando se sabe que termina un sufrimiento actual y
potencial proveniente de una enfermedad física y podría también decirse cuando
el sufrimiento es emocional, en casos de suicidio.
Nuestra mente
trabaja de una manera que tiene
insertado evolutivamente el instinto de supervivencia, lo que hace que siempre
queramos mantenernos vivos a toda costa, pero este también puede inactivarse
ante estímulos emocionalmente muy violentos como ver en peligro a un ser
querido, como bien lo saben algunos padres cuando ven a sus hijos en riesgo. También
existen las depresiones y otras enfermedades mentales que inducen al suicidio y
cuando una situación es tan extrema y la muerte es cercana e inevitable, como
bien lo saben los soldados en batalla. Solo así le damos la bienvenida y la
llamamos como San Francisco de Asís, la hermana muerte.
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| Muerte de la Virgen, La Dormición o El Descendimiento, 1605-06, por Caravaggio, Óleo sobre lienzo, 369 x 245 cm., (Barroco Italiano-Caravaggismo oscuro) |
El temor a
la muerte es el temor a lo desconocido, los que aseguran que nos espera un “más allá” lo hacen desde el punto
de vista religioso y se asume desde la fe no del conocimiento, nadie ha vuelto
a contar lo que hay y lo que no hay, es algo sin regreso e irremediable, por lo
tanto incognoscible, por lo que aterra a los llamados vivos.
Para poder
entender la muerte, debemos entender la vida y que es lo que representa, cuáles
son sus atributos. De estos atributos sabemos que los humanos a través de la
conciencia de nuestro ser, de que somos un individuo con un nacimiento y un
final que es dado porque percibimos el tiempo. Muchos animales perciben cuando
un animal está vivo o muerto e incluso se sabe que hacen algunos rituales para
algunos de los miembros de su manada, además evitan la muerte a través del miedo
que es una emoción, aun así no se imaginan un más allá, ni se preguntan si
somos poseedores de un alma inmortal, el deseo de perdurar más allá de la
muerte es exclusivamente humano.
La muerte
biológica es el cese de las funciones cerebrales que posteriormente causa el
cese de las funciones corporales, la muerte no es causa por la parada cardiaca
como habitualmente se piensa, sino por la ausencia de funciones cerebrales, ya
que el estado que es llamado muerte cerebral es absolutamente irreversible,
mientras un paro cardiaco y respiratorio puede ser revertido mediante
tecnología médica. Es el cerebro la fuente de todo nuestro conocimiento y de
nuestra esencia como ser humano.
El ser humano
siempre alberga la esperanza de que la muerte no sea el final y que nuestra
conciencia y nuestra esencia sobreviva después, pero debemos asumir una postura
escéptica ante esto no está a nuestro alcance saber que hay más allá de la
muerte, por ahora debemos asumir que la muerte es un proceso biológico y que
nuestra conciencia y nuestra esencia finaliza una vez nuestro cerebro deja de
funcionar.
