Ante el inusitado alboroto generado por unas redes sociales plagadas de ignorancia, fanatismo e irracionalidad sobre el espectáculo inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 me propongo hacer una reflexión.
Los Juegos Olímpicos iniciaron muchos siglos antes de Cristo, en la cuna de la civilización occidental, Grecia. Por lo tanto, son un evento que está desprovisto de cristianismo históricamente, y con la resurrección de estos juegos por iniciativa del Barón Pierre de Coubertin su principio fundacional es que estuviesen por encima de los intereses políticos y religiosos. A semejanza de los antiguos cuando incluso se detenían las guerras para poderlos realizar.
Aun así, en los Juegos Olímpicos Modernos, la llamada obra inmaterial más grande de la humanidad no ha sido inmune a los impactos políticos y religiosos de la sociedad de los siglos que le han tocado vivir, como famosos ejemplos están los de 1936 en Berlín con los llamados Juegos de Hitler, los de México de 1968 con las manos alzadas de los atletas afroamericanos con la simbología de Las Panteras Negras de los Estados Unidos, en el 1972 la masacre de los atletas israelíes en Múnich, los boicot consecutivos a los juegos de 1980 y 1984 por las potencias políticas de la guerra fría y hay muchos más. En los últimos años han tomado un papel relevante los bloqueos a los atletas rusos ante la difícil situación de ese país.
En la actualidad el mayor problema que se está viendo es a cerca de la inauguración de las justas en París. Frente al posible irrespeto a la cristiandad por la presencia de que a consideración de muchos de personas pecaminosas en una imitación de la Última Cena de Leonardo Da Vinci y la aparición de variada simbología masónica y satánica, al parecer de ciertos fundamentalistas.
Para empezar, debemos partir de la historia de como fueron cancelados los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, al emperador Teodosio I que para ese momento tenía poder sobre los territorios helénicos inició con una política de erradicación del paganismo y destrucción sistemática de todo lo que tuviera que ver con religiones no cristianas y que aunado a las invasiones y declive del poder económico de Grecia se terminaron de celebrar hasta el siglo V de la Era Común. El mismo motivo por el que están criticándolos ahora.
Partamos de algo, los Juegos Olímpicos son profanos, pero en el sentido de la grosería y la vulgaridad, si no en que no tienen un origen cristiano, si no pagano, por lo que siempre los cristianos de todas las sectas los ven con recelo. No hay plegamiento a una visión teísta, es la celebración del cuerpo y de lo que puede hacer el ser humano si se esfuerza, hay rituales de encendido del fuego, símbolos que no representan a la divinidad. Visión profundamente opuesta al cristianismo, que le repelen las exhibiciones de fuerza o de la belleza de un cuerpo, que rompen con las visiones de roles de género y lo principal que no acuden a Dios para crecer.
Otro temor al que no pueden enfrentarse es que en los juegos ven personas de otras culturas y de otras visiones de vida que no pueden tolerar, le tienen miedo a las personas con características físicas que no corresponden a las suyas o que con su estilo de vida cuestionan lo que ellos perciben como normal. Buscan ofensas en los modos de vivir de los demás, posan de víctimas frente a quienes cuestionan sus vidas con símbolos o acciones con las que no están de acuerdo. Además, buscan réditos políticos y económicos. Los políticos aprovechan el tribalismo de grupo para explotar a la masa, muchos aprovecharon para decirles a sus seguidores que se ofendieran por algo que inicialmente no tiene esa intención y así la tuviera, tienen el derecho a hacerlo y no sólo eso pienso que la ofensa está más en la generación de una reacción que algo verdaderamente blasfemo ¿Se cayó alguna palabra del Evangelio? ¿dejaron de ser válidos los Diez Mandamientos? ¿Para el cristiano dejó de ser Jesús El Salvador del mundo? Si no fue así ¿dónde está el daño?
Ahora, las redes sociales, los propietarios de las plataformas dieron un gran golpe económico con el tráfico generado por los millones de menciones frente a esta vana polémica. Felices de propagar el incendio de las voces de ofendidos.
No me detendré en si los símbolos fueron o no profanos, satánicos o masones, si fue La Última Cena o El Festín de Baco la que fue representada, si el enmascarado en los techos era un personaje literario, histórico o simbólico. Con toda seguridad lo último en que estaban pensando era en los cristianos cuando fueron planeados. Hay que decir que Francia se exhibió como un faro de intelecto, arte y tolerancia, también hubo mucho del colonialismo y apropiación cultural franceses que son muy censurables. Siento que no es el verdadero problema, que lo verdaderamente conflictivo es como vemos a la diferencia y como nos ofende.
A pesar de que el mundo se globalizó, seguimos siendo parte de una tribu, somos parroquiales y todo lo que se salga de esta nos pone en alerta y nos ofende. Para ciertos grupúsculos lo ideal hubiera sido iniciar Los Juegos Olímpicos con una misa o un rito cristiano, lo siento, pero no, no va a suceder.
Mención de honor para Gojira, grupo de death metal francés, del que había oído, pero no le conocía ningún tema, por lejos la mejor presentación. Celebrando la Revolución Francesa y en contra de los aristócratas delante de una rancia monarquía y desde la Conciergerie y lo que representó durante la revolución.