Me entusiasma la idea de la modalidad que intenta Montaigne con su obra, los "Ensayos". A pesar de su carácter reflexivo y no dogmático, logró algo poderoso y concreto, empezando por la creación de un nuevo género literario. Este género, de hecho, se ha convertido en la forma de comunicación y producción académica más importante para las humanidades y las ciencias sociales.
Por fin capté por qué se llaman "Ensayos": porque se intenta y se ensaya sobre algo. No es una teoría irrefutable, pero tampoco es algo sin fundamento u orden. Es, precisamente, un ensayo.
¿Por qué no intentar un ensayo a la manera de Montaigne? Intentar reflejar por escrito el propio talante y humor, haciendo una reflexión sobre las cosas basadas en la información que se posee. Es en este ejercicio donde se encuentran los vacíos de conocimiento y, al buscarlos, logramos aumentar lo que sabemos.
Se puede ensayar sobre experiencias, acontecimientos o sobre aquello que nos interesa en un momento dado de nuestra vivencia vital, presente o pasada.
Por ello, intentaré escribir algunos de ellos, bajo la misma modalidad, a la manera de una columna semanal.